RESEÑA: PARASITE (2019)
Actualizado: 18 jun 2021

Ficha Técnica
Dirección: Bong Joon-Ho
Producción: Kwak Sin-ae
Bong Joon-Ho
Cinematografía: Hong Kyun-pyo
Montaje: Yang Jin-mo
Música: Jeong Jae-il
Guión: Bong Joon-Ho
País: Corea del Sur
Estreno: Mayo 2019
La séptima película de Bong Joon-ho es una de las más conocidas y aclamadas del ultimo año. Ganadora del Óscar a mejor película y además de la Palma de Oro del Festival de Cannes, ha recibido elogios debido a su guión perspicaz y a una dirección impresionante y detallista. Esta puesta en escena es fortalecida por los contrastes tan bien concebidos por el diseño de producción, y por la composición y movimientos de cámara del cinematógrafo Hong Kyun-pyo (quién usó la Alexa 65, cámara digital de gran formato de Arri). De esta manera, desde el primer plano avistamos una calle de Seúl, pero la cámara comienza a descender lentamente, dándonos cuenta que estamos mirando a través de una ventana en un departamento gris, oscuro y descuidado bajo el nivel del suelo.

Así, solo con lenguaje visual nos dicen que estamos bajando a ver a los que están al fondo en la escala social. De este modo, la película visualmente comienza abajo y comienza su ascenso. La historia, ubicada en Corea del Sur, se centra en una familia pobre, compuesta por el padre Ki-taek (Song Kan-ho), su esposa Chung Sook (Jang Hye-jin) y sus hijos Ki-woo (Choi Woo-shik) y Ki-jung (Park So-dam). Nos introducimos en la vida de ellos, la cámara va en lentos travellings in hacia los personajes en su día a día en su departamento, donde están sin privacidad, completamente a merced de la calle, donde los borrachos usan el poste cercano a su ventana como urinario, o cuando entra el gas de fumigación pública de insectos (Ki-taek pide no cerrar las ventanas porque es “fumigación gratuita”). Entonces presenciaremos como la suerte le sonríe al hijo mayor, al conseguir, gracias a su amigo Min, la tutoría de una joven llamada Da-hye (Jung Ji-so), de familia acomodada. Así, acude a la casa-mansión de la familia Park, quienes poseen un jardín verde y enorme, y con ventanas grandes que iluminan naturalmente todo el espacio, mostrando al descubierto la fastuosidad y el privilegio de la casa. Esto además acentúa las diferencias de vivienda entre ambas familias, no solo por el tamaño de la casa, sino por las preocupaciones de unos y otros, ya que durante la película, que cuando llueve, unos pueden sentarse tranquilamente en los muebles de su sala a observar y disfrutar la lluvia, mientras los otros tienen que asegurarse que el semi-sótano no se inunde por esta. Ki-woo, ve en la familia de su alumna la oportunidad para poder conseguir dinero, pero no solo él, sino su familia también. Así, convence a la madre de Da-hye, Yeon-kyo (Cho Yeo-jeong), de que conoce a una tutora excelente y propicia para las habilidades artisticas que demuestra su hijo menor, Da-song (Jung Hyeon-jun). Después, junto a su hermana, ingenian un plan para que su padre reemplace al chofer del señor Park (Lee Sun-kyun). Finalmente, también logran que Moon-gwang (Lee Jun-eun), la ama de llaves de la familia pierda el favor de Yeon-kyo, decidiendo reemplazarla por Chung Sook.

Nadie dentro de la familia Park se imagina que han empleado a la totalidad de la familia de Ki-woo, ya que todos se desconocen y esconden su relacion familiar. En este punto la cámara ya no avanza hacia adelante, sino que se queda estática en los diálogos o las interacciones de los personajes. Sin embargo, al continuar este proceso de mimetización entre las dos familias, la cámara se irá moviendo cada vez mas libremente por la casa, al igual que los protagonistas se habitúan tambien a recorrerla con desenvoltura. Este trabajo de cámara acabará en el clímax narrativo y visual que se da en las escenas finales de la película (dicha secuencia será grabada con una temblorosa y frenética cámara en mano) que no spoilearemos. En fin, una obra maestra de la que se hablará por mucho tiempo.
Recomendada para los amantes de los sótanos y de las luchas de clase.